Dibujos de Louis Wain. Cuando se encontraba mentalmente sano se dedicaba a ilustrar historias infantiles sobre gatos. A medida que su esquizofrenia avanzaba los adornos repetitivos se hacían más enfáticos.
Hans Prinzhorn, psiquiatra e historiador del arte alemán, llevó a cabo una descripción detallada de la actividad plástica de esquizofrénicos y documento algunas de las más importantes manifestaciones objetivas.
Las manifestaciones objetivas o hechos objetivos significativos, los define Karl Jaspers como: fenómenos comprendidos en el mundo sensible como
manifestación del alma. Los dibujos, la fisiognomía, el lenguaje, los
productos literarios, artísticos, el movimiento mímico y las acciones con
finalidad consciente.
Signos característicos del arte esquizofrénico son las repeticiones: rasgos del mismo tipo, del mismo objeto, desde el garabateo aparentemente absurdo al casi ordenado; “verbigeración dibujada”, diría Prizhorn (verbigeración = repetición desordenada de frases o palabras). Podemos comparar esos dibujos más bien al garabateó
involuntario que dan accesoriamente individuos sanos durante un periodo de
atención concentrada, por ejemplo, en una conferencia.
Más allá del signo objetivo, es posible comprender la intención quizá desesperada por enfatizar algo que se considera incomprendido.
El mundo espiritual surgido en la esquizofrenia se expone
con mayor claridad cuando existe habilidad y cultura técnica, y “donde los
signos esquizofrénicos no sofocan la imagen entera”.
Algunos contenidos
característicos: figuras mixtas de hombres y animales
(zooantropomorfas), muecas deformes, órganos genitales enfatizados, variaciones
de sus formas. Ocasionalmente son hechos dibujos de máquinas, que serían a causa de los delirios de influencias alucinatorias fisicocorporales.
Dibujo "sin título" (1916) de Robert Gie, artista hospitalizado con diagnóstico de esquizofrenia. Los personajes representados están unidos por un sistema de flujo eléctrico.
La forma, a veces más reveladora que el contenido, se caracteriza por el esmero, la necesidad de efectos
llamativos; la reproducción de curvas y ángulos, que dan similitud a los
dibujos de un mismo individuo. En la conversación sobre los dibujos con su
creador, se encuentra que lo simple “está diversamente impregnado de
significación simbólica y de enriquecimiento fantástico”.
Sus dibujos no dejan de impresionar por “la intuición de
significaciones sombrías”, pues es claro que sus autores intentan representar algo aterrador.
Cuando los esquizofrénicos están en posesión de ricos medios
materiales y su condición no se vuelve tan grave como para que la autoridad
pública les impida una intervención, pueden ser llevadas a cabo las obras más
raras, como las esculturas del príncipe de la Villa de Palagonia, en Bagheria, Italia, y la
casa de junker o junkerhaus, en Lemgo, Alemania. Esta última
es una casa con paredes entramadas en que el propietario ha construido toda una
vida, repleta de tallas hechas por él mismo, recargada de imágenes fantásticas
de repeticiones infinitas, sin una sola superficie lisa; sin ningún lugar
vacío.
Las esculturas de la Villa de Palagonia fusionan seres fantásticos, humanos y animales. También es conocida como "villa de los monstruos". Se dice que Goethe quedó fascinado por ellas.
Referencias
Jaspers, Karl. Psicopatología General. (2006). México: Fondo de Cultura Económica.