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O. Fenichel: Ensayo de definición de la neurosis


"¿Existe algún común denominador en la multiplicidad de los fenómenos neuróticos, que pueda utilizarse para comprender la naturaleza esencial de las neurosis?

En todos los síntomas neuróticos sucede algo que el paciente percibe como extraño e ininteligible. Este algo puede consistir en movimientos involuntarios, en alguna otra clase de cambios en las funciones corporales, y en diversas sensaciones, como sucede en la histeria; o en una emoción y un estado de ánimo abrumadores e injustificados, como en los accesos de angustia o en las depresiones; o bien se trata de extraños impulsos o pensamientos, como en las compulsiones y obsesiones. Todos los síntomas dan la impresión de algo que parece asaltar a la personalidad, partiendo de una fuente desconocida; algo que perturba la continuidad de la personalidad y reside fuera de la esfera de la voluntad consciente. Pero existen también fenómenos neuróticos de otro tipo. En los caracteres neuróticos, la personalidad no parece ser uniforme o estar sólo perturbada por éste o aquel suceso interruptor, sino a tal punto manifiestamente desgarrada o deformada, y con frecuencia afectada en tal extensión por la enfermedad, que resulta imposible decir dónde termina la personalidad y dónde empieza el síntoma. Pero, diferentes como parecen, las neurosis sintomáticas y las neurosis de carácter tienen esto en común: la manera normal y racional de manejar, tanto las exigencias del mundo externo, como los impulsos internos, ha sido sustituida por algún fenómeno irracional, que parece extraño y no puede ser controlado voluntariamente. Dado que el funcionamiento normal de la mente está regido por un aparato de control que organiza, dirige e inhibe fuerzas instintivas, más arcaicas y más profundas, del mismo modo que la corteza organiza, dirige e inhibe impulsos de los planos más profundos y más arcaicos del cerebro, puede afirmarse que el común denominador de todos los fenómenos neuróticos es una insuficiencia del aparato normal de control.

La forma más sencilla de controlar los estímulos es descargar, mediante reacciones motoras, la excitación por ellos provocada. Más adelante la descarga inmediata es reemplazada por mecanismos de control más complicados de fuerzas de rechazo. Este control consiste en una distribución de contracargas, en procura de un equilibrio económico adecuado entre los estímulos que llegan y las descargas que parten.

Todos los fenómenos neuróticos tienen por base insuficiencias del aparato normal de control. Pueden ser comprendidos como descargas de emergencia involuntaria, que sustituyen a las descargas normales. La insuficiencia puede producirse de dos maneras. Una de ellas es un aumento en el flujo de estímulos: en una determinada unidad de tiempo, el aparato psíquico recibe una cantidad excesiva de excitación, que no puede controlar; estas experiencias se llaman traumáticas. La otra manera es el bloqueo o la disminución previa de la descarga, lo cual produce un estancamiento de tensiones dentro del organismo, de manera que las excitaciones normales actúan ahora relativamente, como las traumáticas. Estas dos formas posibles no se excluyen mutuamente. Un trauma puede iniciar un bloqueo posterior de la descarga, y un bloqueo primitivo puede, al crear un estado de estancamiento, dar lugar a que ulteriores estímulos corrientes tengan un efecto traumático.

Un ejemplo del primer tipo puede observarse en la irritación que todo el mundo experimenta a continuación de pequeños traumas, como ser un susto o un pequeño accidente. La persona se siente irritada durante cierto tiempo, y no puede concentrarse porque, en su interior, todavía está ocupada con el suceso y no dispone de ninguna energía libre para dirigir su atención en otro sentido. Repite el suceso en sus pensamientos y sentimientos, unas cuantas veces, y después de un rato recupera su equilibrio psíquico. Una pequeña neurosis traumática como ésta puede explicarse como la inundación del organismo por cantidades de excitación que no alcanzan a ser controladas, y al mismo tiempo como una tentativa de lograr un control diferido. Las neurosis traumáticas graves deben ser consideradas desde este mismo punto de vista.

Las neurosis del segundo tipo, llamadas psiconeurosis, y caracterizadas por el bloqueo previo de la descarga, tienen su modelo en las neurosis artificiales que los psicólogos experimentales provocan en los animales (...). El experimentador relaciona súbitamente algún estímulo que ha representado anteriormente experiencias instintivas placenteras o que ha servido como señal de alguna acción portadora de gratificación, con experiencias frustrantes o amenazadoras; o bien disminuye la diferencia entre los estímulos que el animal había sido acostumbrado a asociar respectivamente con una gratificación instintiva y con una amenaza: el animal entra entonces en un estado de irritación muy similar al de la neurosis traumática. Experimenta impulsos contradictorios; el conflicto le hace imposible ceder a los impulsos en la forma acostumbrada; la descarga está bloqueada, y esta disminución en la descarga actúa en la misma forma que un aumento en el aflujo de excitación: conduce al organismo a un estado de tensión y exige descargas de emergencia.

En las psiconeurosis algunos impulsos han sido bloqueados; la consecuencia es un estado de tensión y, eventualmente, algunas descargas de emergencia. Éstas consisten, en parte, en una inquietud inespecífica y en elaboraciones de la misma, y en parte, en fenómenos mucho más específicos, que representan descargas involuntarias y deformadas de aquellos mismos impulsos instintivos a los que se había impedido una descarga normal. Así, pues, en las psiconeurosis tenemos, primeramente, una defensa del yo contra un instinto; después, un conflicto entre ese instinto que tiende a la descarga y las fuerzas defensivas del yo; luego, un estado de estancamiento, y finalmente, los síntomas neuróticos, que son descargas deformadas, como una consecuencia del estado de estancamiento: un compromiso entre las fuerzas opuestas. El síntoma es el único paso de este proceso que llega a hacerse manifiesto; el conflicto, su historia y la significación de los síntomas son inconscientes."

Bibliografía:

Fenichel, O. (2009). Teoría psicoanalítica de las neurosis. México: Paidós. 

Breve descripción de la teoría de la personalidad de Karen Horney


Los primeros postulados para comprender la teoría de Karen Horney son los de ansiedad básica y hostilidad básica. La ansiedad básica se entiende como los sentimientos que experimenta un niño al sentirse desamparado, aislado e indefenso ante un mundo potencialmente hostil. Cuando el niño está descuidado por sus padres es cuando experimenta ansiedad básica. Así también le enoja el descuido y rechazo de sus padres, esto se conoce como hostilidad básica. El niño desea dominar a los padres, incluso "castigarlos".

De este conflicto de la niñez, en cuanto a la ansiedad y la hostilidad, se deriva la neurosis, la cual se vendrá a manifestar en las formas de soluciones neuróticas. Las soluciones neuróticas son tres: ir hacia la gente, ir contra la gente, alejarse de la gente. La solución de ir hacia la gente se caracteriza por una personalidad complaciente necesitada de la simpatía de alguien más, la solución de ir contra la gente se caracteriza por el deseo de buscar poder y admiración para no ser lastimado, mientras que la disposición neurótica de alejarse de la gente la constituye una búsqueda de la soledad, relaciones superficiales, una renuncia a relacionarse y tendencia a la concepción de uno mismo como autosuficiente sin necesidad de los demás.

Karen Horney señala también la importancia del apego en la primera infancia para el desarrollo psicoafectivo, la influencia de los modos de crianza y la conducta parental, y de los roles de género de la cultura como determinantes de la personalidad. 

De acuerdo a la crianza, y a lo aceptado en la cultura donde se desarrolla el individuo, éste marca una diferenciación de lo aceptable y lo despreciado de sí mismo: es así como se forma un yo ideal, hacia el cual se orientaría normalmente a partir de su condición actual, o yo real. En otros casos, en cambio, el individuo solamente haría de sí mismo una separación en su self o sí mismo: por un lado se sentiría despreciado o despreciable y por otro lado se sentiría aceptado o perfecto, vacilaría así entre el amor propio y el auto desprecio.


La persona “normal” se sentiría tiranizada por alcanzar su yo ideal, mientras que la persona neurótica, interiormente, estaría constantemente asediada por una lucha interna entre lo correcto y lo incorrecto, entre lo aceptado y lo inaceptado, lo bueno y lo malo, etc.

Glosario de términos de la teoría de Karen Horney

  • Alejarse: orientación interpersonal que pone énfasis en la separación de los otros y la evitación de las vinculaciones con estos.
  • Ansiedad básica: sentimiento de aislamiento y desamparo que experimenta el niño ante los descuidos de sus padres o cuidadores.
  • Compartimentalización: técnica secundaria de ajuste en la cual no se reconocen simultáneamente las conductas incompatibles.
  • Elusividad: técnica secundaria de ajuste en la cual una persona evita el compromiso con cualquier opinión o acción.
  • Hostilidad básica: sentimiento de enojo con los padres que experimenta el niño ante malos cuidados, etc.
  • Ir contra: orientación personal que pone énfasis en la hostilidad y agresividad.
  • Ir hacia: orientación interpersonal que pone énfasis en la dependencia y necesidad de afecto, protección, etc.
  • Sí mismo idealizado: ideal de lo que una persona aspira a ser.
  • Sí mismo real: lo que una persona realmente es, y que esta en un potencial crecimiento.
  • Solución de autoanularse: intentar resolver el conflicto buscando el afecto, amor, yendo hacia la gente.
  • Solución de renuncia: intentar resolver el conflicto buscando la libertad, alejándose de la gente.
  • Solución expansiva: intentar resolver el conflicto neurótico buscando el dominio.
  • Tiranía de los debería: demandas internas que se plantean al sí mismo real para vivir de acuerdo al sí mismo idealizado.

Breve descripción de la teoría de la personalidad de Carl Rogers


La personalidad comienza a configurarse a partir de la tendencia del organismo a la organización, a la experiencia y al crecimiento. Dicha tendencia es experimentada como impulsos y necesidades propias. A medida que se ejerce un control sobre dichos impulsos y necesidades se crea una sensación de ser un sí mismo, de tener control sobre el organismo propio, y de orientarlo hacia la satisfacción. Ese sí mismo se comienza a disociar del organismo en la infancia, cuando el niño necesita, además de sus necesidades orgánicas, de la aprobación, la consideración positiva de las personas significativas para él, para así formarse una autoestima, lo cual logra introyectando los valores de esas personas. Pero al introyectarse esos valores se da una incongruencia con las tendencias del organismo a la satisfacción de necesidades; el concepto de sí mismo se comporta y organiza la experiencia de acuerdo a ambas tendencias, la necesidad de consideración positiva y de satisfacción de necesidades, pero también de acuerdo a la percepción de sí mismo.

Gondra, J. (1981). La psicoterapia de Carl Rogers. Sus orígenes, evolución y relación con la psicología científica. Bilbao: Desclée de Brouwer.

Apuntes sobre la teoría y conceptos fenomenológicos de Carl Rogers



  • La teoría de Carl Rogers es una teoría del cambio en la personalidad. Intenta explicar el desarrollo experimentado en la clínica. 
  • Carl Rogers propuso el concepto del sí mismo como factor primordial en la determinación de la conducta. Lo concibió como imagen fenoménica de uno mismo y lo dotó de una capacidad de reorganizarse. 
  • Es el concepto de sí mismo es una noción puramente fenomenológica. No es un agente interno como el ego freudiano. Es el concepto de sí mismo. Es el conjunto de percepciones o imágenes relativas a nosotros mismos. 
  • La estructura del sí mismo es una configuración organizada de las percepciones del sí mismo que son admisibles a la conciencia, tales como las propias características y capacidades, las metas e ideales, los conceptos de uno mismo en relación con los demás, las experiencias, los valores asociados a esas experiencias. 
  • Las características principales del self o sí mismo son: 
    • Es consciente: solo incluye las experiencias, percepciones conscientes, es decir simbolizadas en la conciencia. 
    • Es una gestalt o configuración organizada: es de carácter fluctuante 
    • Contiene principalmente percepciones de uno mismo así como también valores e ideales. 
  • Si el campo perceptual es el que determina la conducta, entonces el objeto de estudio primario para el psicólogo sería la persona y su mundo tal como son vistos por dicha persona.
  • Las personas no actúan únicamente a causa de las fuerzas externas a las cuales se hallan expuestas. Su conducta es consecuencia de su modo de ver las cosas. Nos alejamos de un peligro cuando creemos en su presencia, y lo ignoramos cuando desconocemos ésta. En este marco de referencia, la conducta es considerada como un problema de percepción humano. 
  • Para Rogers el inconsciente es lo que queda fuera del campo de percepción, no es algo del pasado sino es algo presente en calidad de "fondo perceptual". Las reorganizaciones del campo perceptual dependen del “nivel energético” de la “amplitud de la atención” y el “nivel de conciencia”. La atención es dirigida gracias a las emociones. Por ejemplo, en condiciones de intensa emoción, la visión se estrecha como si la persona estuviera mirando por un tubo. En tal caso, lo que sucede en la periferia no es percibido hasta que se restaure la “visión normal”.

Referencia bibliográfica:

Gondra, J. (1981). La psicoterapia de Carl Rogers. Sus orígenes, evolución y relación con la psicología científica. Bilbao: Desclée de Brouwer.