Mostrando entradas con la etiqueta Suicidio. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Suicidio. Mostrar todas las entradas

Docuficción: Suicidio (2017)


En muchas partes del mundo, el suicidio es una de las principales causas de muerte no natural, y sus tasas van en aumento. España es uno de esos lugares marcados por la violencia contra el propio ser. El documental Suicidio (2017), nos introduce en esa realidad que muchas veces preferimos soslayar, y, lamentablemente, las autoridades de salud pública (españolas y de otros países) también.

Utilizando como hilo conductor la historia de un personaje en una situación crítica y desesperada, el filme nos va desplegando datos relevantes emanados de expertos en el tema: 
  • Las tasas de suicidio van en aumento en España, sin que existan políticas adecuadas para enfrentar este problema (lo cual hace eco en muchos países). 
  • Estas tasas de suicidio no parecen estar relacionadas con el crecimiento o decrecimiento económico. 
  • Algunos factores parecen aumentar las probabilidades de suicidio: ser varón, experimentar un duelo reciente, consumir sustancias, por ejemplo. Factores que -dicho sea de paso- presenta el personaje de esta historia, a manera de detalle ilustrativo. 
  • El suicida pasa frecuentemente por una fase de aislamiento, de empobrecimiento en sus relaciones personales.
  • El malestar del suicida potencial tiende a "medicalizarse", esto es, a verse como un problema médico, más que como un problema psicosocial y cultural, o relacionado con la propia historia del individuo. Es una forma de normalización y minimización de los síntomas que nubla los cuadros más graves. 
  • Se cree que los antidepresivos funcionan en gran parte debido a los cambios que inducen en la neuroplasticidad, es decir, en el aumento de la actividad y las conexiones neuronales. 
  • Se ha de ver con especial recelo el hecho de que los antidepresivos parecen aumentar las probabilidades de suicidio en depresiones severas.  
  • Si bien los antidepresivos pueden aumentar las tendencias suicidas, esto no se debe a que "provoquen" la ideación. Se piensa que la ideación es preexistente, y que los antidepresivos, proveen una mejoría de la motivación y la actividad motora, con lo que el paciente tendría la suficiente "energía" para materializar sus tendencias, cosa que estando profundamente desanimado, con una actividad y disposición motora reducida, difícilmente llevaría a cabo. 
  • Una forma de prevenir el suicidio, sería intervenir en los factores culturales, como las crisis de valores, así como abordar el vacío existencial de los pacientes. 
  • Existe también lo que se podría llamar la "depresión sonriente", que pasa desapercibida y por ende es más peligrosa.  
Estos y otros temas se abordan de manera objetiva, humana y sensibilizadora. Puede visualizarse el documental completo en el siguiente link: https://www.filmin.es/pelicula/suicidio


Comentarios adicionales sobre el suicidio

El psicólogo Enrique Campang nos menciona: "El suicidio es un desfase en que la vida se extiende más allá del sentido existencial que la cultura le aporta; es cuando termina el afecto, la familia, la productividad, el juego, la socialización, el crecimiento urbano que dificulta los contactos. La persona vive más, pero, ¿cómo? ¿Con quién conversar, jugar, compartir?"

Frankl distinguía las depresiones psicógenas (ocasionadas por traumas, pérdidas, etc.) de las noógenas (a consecuencia del vacío existencial). En las primeras -podríamos decir- es cardinal la falta de autoestima y el sentimiento de culpabilidad, mientras en las segundas se hace relevante el aburrimiento, la apatía, la indiferencia, aunque una mezcla de ambas es, por supuesto, común y posible.  

El problema del vacío existencial surge cuando la cultura deja un vacío de valores, sus fines socialmente pautados dejan de ser un incentivo para la vida. Sus razones no parecen muy convincentes para proporcionar felicidad. Decae la motivación, la actividad, y se reducen las gratificaciones o la posibilidad de obtenerlas o sentirlas. Es el malestar en la cultura de un sujeto que no se identifica con sus ideales ni se mueve por sus fines. Carece de un "para qué" propio y efectivo que le movilice, y le ayude a hilvanar con coherencia la historia de su vida. 

Por otra parte, el suicidio no necesariamente está condicionado por una enfermedad mental o un trastorno de la personalidad, ni es exclusivo de la depresión. Cuando no es efecto de un repentino impulso demencial, delirante o ejecutado en el curso de una intoxicación o ira violenta, subyace la angustia, la desesperación o el desprecio ante la vida; el temor a un sufrimiento ineludible más penoso que la muerte (Jaspers, 2006). Los casos de eutanasia o suicidio asistido representan un dilema ético y clínico. El comportamiento temerario y el descuido del propio ser pueden ponerse en duda como formas veladas de autoagresión. Durkheim también desplegó un análisis sociológico del suicidio, en el que estudia la participación de la integración social. Evidentemente, se requieren estrategias especiales para los diferentes casos y ámbitos. 

Una herramienta que ha logrado salvar numerosas vidas, al menos ante la conducta suicida manifiesta y programada, es la de las líneas de prevención, a las cuales el suicida potencial o sus allegados se comunican por vía telefónica o textualmente. Con ello se gana tiempo ante una situación de riesgo, se disminuye la urgencia y el imperativo; se orienta y deriva a la persona deprimida. Las estrategias pueden ser (entre otras) las siguientes:
  • La vida no tiene por qué acabar con el problema; la magnitud del problema no supera a la vida. 
  • El suicidio resultaría penoso, vergonzoso, fuente de culpabilidad para el paciente. No es la salida "elegante" y atractiva que aparenta ser. 
  • El deseo de suicidarse puede ser una tendencia agresiva, que originariamente estaba dirigida hacia alguien más. 
  • El malestar que se siente es una enfermedad, y como tal puede ser tratado.  

Líneas de prevención del suicidio por países*

*Si conoces otros números telefónicos habilitados para prevención del suicidio en tu país, por favor agrégalos en los comentarios. If you know other phone numbers for suicide prevention in your country, please add them on the comments. 

Alemania
0800 111 0 111
0800 111 0 222
0800 111 0 550
0800 111 0 333

Argentina
(00 54 11) 495 444 55
(5411) 5275 1135
135

Australia
13 11 14

Austria
147

Bélgica
1813

Brasil
141

Bolivia
75288084

Bulgaria
124123

Canadá
1-855-242-3310 

Chile
5622 2442 533 
5698 2481 971
5642 2227 589

Colombia
(57-1) 323 24 25
(00 57 4) 284 66 00

Corea del Sur
+82 2-2203-0053

Costa Rica
8715 0551
2273 7974

Croacia
116 111

Dinamarca
70 201 201

Ecuador
(593) 2 6000477
2923327

Eslovaquia
116 000 
055/622 23 23
055/234 72 72

España
717 003 717

Estados Unidos
1 800 273 8255

Finlandia
010 195 202

Francia
09 72 39 40 50
0 800 200 000

Ghana
0244239629

Grecia
1018

Guatemala
5392-5953

Holanda
113

Honduras
2232-1314

Hong Kong
2389 2222

Hungría
116 123

Inglaterra
116 123

India
91-22-27546669

Irlanda
116 123

Islandia
1717

Israel
1201

Italia
19696
199 284 284

Japón
03-5286-9090
0570-783-556

Kenia
254 722178177
254 736542304

Letonia
371 67222922
371 27722292

Lituania
116 111

Luxemburgo
454545

México
01(333)1211956
0155-58046444 
0155-55335533
+5255 46313300

Nicaragua
2311-7361

Nigeria
234 (0)809210643

Noruega
224 00 040
116 123
948 17 818

Nueva Zelanda
0800 111 757

Perú
451-11148
999-900285 
993-551228

Polonia
116 111

Portugal
21 354 45 45
91 280 26 69
96 352 46 60

Puerto Rico
1 800 981 0023

República Checa
116 111

Rumania
0800801200

Serbia
0800 300 303

Singapur
1800 221 4444

Sudáfrica
0800 567 567
0800 70 80 90
0800 12 13 14

Suecia
90101

Suiza
143

Taiwán
0800 788 995

Ucrania
0 800 500 335

Uruguay
8483
08008483

Venezuela
0241-8433308

Referencias bibliográficas

Jaspers, K. (2006). Psicopatología general. (2a. ed). México: Fondo de Cultura Económica.  

El sentimiento de culpa en la personalidad y la melancolía



*(Famoso episodio de la vida del pintor Vincent Van Gogh. 1888. Durante una disputa arrojó un vaso de ajenjo a su amigo, el pintor francés Paul Gauguin, el cual llevó a su perturbado amigo a su casa y lo metió en la cama. A la noche siguiente, Van Gogh atacó a Gauguin con una navaja de afeitar, mas de repente huyó a su cuarto y se cortó parte de una oreja en un exceso de arrepentimiento. Van Gogh se suicidó en 1890, dos años después de dicho acontecimiento.)

En el modelo psicoanalítico de la personalidad el sentimiento de culpabilidad se entiende en términos generales como un conflicto interno, un acto en el que interviene el superyó y que cumple con ciertas funciones…

A continuación se cita brevemente la obra Freud en la que se trata acerca del sentimiento de culpa en la personalidad (I), para, posteriormente tratar el tema del sentimiento de culpa en la patología psíquica (II)…

I. El sentimiento de culpa en la personalidad

Básicamente sucede que… “Uno se siente culpable (los creyentes dicen 'en pecado') cuando ha cometido algo que se considera 'malo'" (Freud, 2006, 99). Pero también se podría sentir culpable sin haber cometido algo malo y solamente con haber pensado cometerlo o haber tenido la intención o propósito de hacerlo…

La culpa un acto con dos funciones

Esto que anteriormente mencionamos viene a la explicación que da Freud del sentimiento de culpabilidad como un acto del superyó que cumple dos funciones: no solo de castigo, también de caución. Cuando habla de una función de castigo del superyó dice: “La tensión creada entre el severo superyó y el yo subordinado al mismo la calificamos de sentimiento de culpabilidad; se manifiesta bajo la forma de necesidad de castigo” (Freud, 2006, 98). Cuando habla de una función de caución dice que es como una vigilancia interna… “Por eso no importa mucho si realmente hemos hecho el mal o si sólo nos proponemos hacerlo; en ambos casos aparecerá el peligro cuando la autoridad lo haya descubierto y ésta adoptaría análoga actitud en cualquiera de ambos casos”(Freud, 2006, 100).

En resumen de esta descripción freudiana de la sensación de culpa podríamos decir que la misma se interpreta como un conflicto interno; la culpa es un acto del superyó, una crítica de una instancia interior, una “agresión dirigida contra el propio yo” (Freud, 2006, 98): ¿podría causar malestar, síndromes?

II. El sentimiento de culpa en la psicopatología

En efecto, Freud sostenía que en todo padecimiento anímico debería considerarse el actuar del punitivo superyó:
En todas las formas de enfermedad psíquica habría de tenerse en cuenta la conducta del super-yo; cosa que no se ha hecho hasta ahora. Pero ya podemos indicar, provisionalmente, que ha de haber también afecciones cuya base esté en un conflicto entre el yo y el super-yo. El análisis nos da derecho a suponer que la melancolía es un ejemplo de este grupo, al que daríamos entonces el nombre de «psiconeurosis narcisistas» (Freud, 1925).

Por ello mismo el estudio psicoanalítico de la melancolía debía conducir a una teoría más elaborada del sentimiento de culpabilidad. En una cita ulterior, habla justamente de la culpa sentida y la autocrítica en la melancolía:
En el caso de la melancolía es aún más fuerte la impresión de que el superyó ha arrastrado hacia sí a la conciencia. Pero aquí el yo no interpone ningún veto, se confiesa {bekennen} culpable y se somete al castigo. Comprendemos esta diferencia. En la neurosis obsesiva se trataba de mociones repelentes que permanecían fuera del yo; en la melancolía, en cambio, el objeto, a quien se dirige la cólera del superyó, ha sido acogido en el yo por identificación. (…)

¿Cómo es que el superyó se exterioriza esencialmente como sentimiento de culpa (mejor: como crítica; «sentimiento de culpa» es la percepción que corresponde en el yo a esa crítica), y así despliega contra el yo una dureza y severidad tan extraordinarias? Si nos volvemos primero a la melancolía, hallamos que el superyó hiperintenso, que ha arrastrado hacia sí a la conciencia, se abate con furia inmisericorde sobre el yo, como sí se hubiera apoderado de todo el sadismo disponible en el individuo. De acuerdo con nuestra concepción del sadismo, diríamos que el componente destructivo se ha depositado en el superyó y se ha vuelto hacia el yo (Freud, 1927).

Freud nos deja suponer que el sentimiento de culpa como acto del superyó guardaría cierta relación con la patogénesis o formación de la melancolía o depresión (denominaciones que utilizamos indistintamente para una continuidad teórica). Con esto podemos permitirnos formular una suposición: en un síndrome depresivo el sentimiento de culpa participa en el síndrome ya sea agudizándolo, participando en su formación o reforzando su tenacidad al tratamiento.

Este supuesto dicho anteriormente encontraría sustento en la experiencia de un psiquiatra neoyorquino llamado Frederick Flach, durante años profesor, conferenciante e investigador de la depresión. Flach insistía en la suma importancia del sentimiento de culpabilidad en la persona deprimida: “El sentimiento de culpabilidad, toda vez que lleva consigo una pérdida de la propia estimación, puede acarrear depresión” (Flack, 1978, 132). A su vez destaca que el elemento de culpabilidad en una depresión frustra en cierta medida la acción de tratamiento farmacológico, es decir que en cierta forma “refuerza la tenacidad” de la depresión:
“Hay una diferencia entre los estados deprimidos que nacen de la culpabilidad y los que no guardan relación con los sentimientos de culpabilidad. El psiquiatra Peter F. Regan, demostró que los pacientes deprimidos con un grado significativo de culpabilidad no responden bien al tratamiento biológico. Por el contrario, los pacientes deprimidos en los que la culpabilidad no es significativa suelen mejorar con rapidez cuando se emplean los tratamientos biológicos. El sentimiento de culpabilidad refuerza la tenacidad de la depresión… El sentimiento de culpabilidad no siempre coexiste con la depresión pero si determina con fuerza la cualidad de la misma cuando está presente” (Flach, 1978, 141-142).

Un caso de depresión con sentimiento de culpa

Uno de los casos que exponía Flach ilustra claramente un proceso en el que un sentimiento de culpa, encadenado con ciertos estresores (compromisos, conflictos de pareja), intervienen juntos en la infelicidad de un individuo:
“… Al ir explorando los motivos de su infelicidad, el curso de la terapia, reveló que había estado sosteniendo relaciones con la secretaria de uno de sus clientes durante casi dos años. “Eso no podría hundirme. En realidad, es el único placer que tengo, el acostarme con ella una o dos veces al mes. Además, ¿qué hay de raro en eso? Todo el mundo tiene sus escapadas”.

Fueron necesarios varios meses antes de que pudiera convencerse a sí mismo de que, independientemente de lo que otros hicieran o dejaran de hacer, su relación sexual le estaba provocando un sentimiento de culpabilidad. Su comportamiento contrastaba con su educación. De niño había asistido a escuelas religiosas y hasta poco después de los veinte años, había participado activamente en actos de la iglesia. Antes de casarse con su esposa no había tenido relaciones sexuales con nadie.

Había acatado las normas estrictas exigentes de su formación fundamentalista, hasta que otras exigencias de su vida sobre todo en los negocios, le forzaron a contraer compromisos. Comenzó a reducir un poco sus valores arraigados. De vez en cuando se echaba un trago…. Para ese tiempo consideraba la religión como una desventaja. Hasta que comenzó sus amoríos su vida hogareña había sido relativamente plácida. Después de eso, y en gran medida como producto de su culpabilidad no reconocida, se convirtió en un campo de batalla con su esposa.

“¿Y qué hago ahora sencillamente con esta culpabilidad que reconozco? Desde luego no voy a volver a la forma de pensar que tenía hace veinte años”. Ante sí tenía dos opciones: o bien modificar su sistema de valores en lo que se refería a la fidelidad de su matrimonio o terminar sus relaciones ilícitas y tratar de mejorar su vida en el hogar. Se decidió por esta última pero no fue una elección fácil. Le costaba trabajo creer, que rodeado como se encontraba por la tolerancia sexual, pudiera sentirse más a gusto con su conjunto original de valores” (Flach, 1978, 139-140).

III. Conclusión

En la perspectiva de Freud de la personalidad el sentimiento de culpa es un conflicto, una tensión entre el superyó y el yo, que cumple a la vez con ciertas funciones del superyó.

Según Freud todas estas tensiones así como el actuar del superyó deberían tomarse en cuenta en las bases de cualquier patología psíquica… De esto deriva que el sentimiento de culpa como un conflicto y un efecto del superyó se suponga relevante en la formación o presentación de la melancolía.

Flach habla también de la relevancia de la culpabilidad en la depresión, y señala que en cierta forma la caracteriza, lo cual es importante y supone ciertas consideraciones para su comprensión y tratamiento. Concluyendo en palabras de Flach: “El sentimiento de culpabilidad no siempre coexiste con la depresión, pero si determina con fuerza la cualidad de la misma cuando está presente. Para muchas personas el hacer frente a la depresión significa volverse a poner de nuevo en contacto con sentimientos legítimos de culpabilidad” (Flach, 1978, 142).


*(Trigal con cuervos. 1890. Van Gogh se suicidó de un tiro en el trigal donde pintó su último lienzo.)

IV. Bibliografía

Flach, Frederick. (1978). La fuerza secreta de la depresión. México: Lasser press.
Freud, Sigmund. (2006). El malestar en la cultura. Madrid: Alianza editorial.
Freud, Sigmund. (1925). Neurosis y psicosis. En línea: http://www.elortiba.org/freud5.html
Freud, Sigmund. (1927). El yo y el ello. (Archivo .pdf)