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Constantes de una pareja funcional según Carl Rogers

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En su libro, "El matrimonio y sus alternativas" (1972), Carl Rogers se pregunta por la diferencia entre una pareja funcional y una disfuncional. 

Una pareja funcional es aquella que permite la satisfacción mutua, pero también el desarrollo personal y la felicidad individual; estas relaciones tienden a permanecer y resisten a las circunstancias adversas. Las parejas disfuncionales, en cambio, llevan a la infelicidad y terminan en separación o divorcio.

¿Cuáles son los factores o elementos que distinguen a una relación funcional de una disfuncional? ¿Qué características tienen las parejas que alcanzan relaciones altamente satisfactorias, que permiten el apoyo, la intimidad emocional y sexual, las experiencias gratificantes? Estas son las 4 constantes de las parejas funcionales que propone tentativamente Carl Rogers.

I. Dedicación o voluntad

Ambos se comprometen mutuamente a trabajar juntos en su relación, porque esta enriquece sus vidas, y no solamente por la carga pesada de una obligación, un contrato matrimonial, los hijos, o la sacralidad del matrimonio. Ambos, podríamos decir, permanecen porque la relación les satisface y la desean genuinamente.

II. Comunicación

Ambos están dispuestos a comunicar sus sentimientos, negativos o positivos, hacia su compañera o compañero, siempre que estos sentimientos sean persistentes. De la misma manera, ambos están dispuestos a comprender empáticamente las comunicaciones del otro, aunque sean acusadoras, incómodas o autorreveladoras.

III. Disolución de roles 

En las parejas duraderas, las expectativas señaladas por la cultura o subcultura parecen tener una importancia secundaria, los roles juegan un papel cada vez menor. Rechazan el molde de la opinión y las normas de terceros, y escogen ellos mismos sus propias opciones, expectativas e ideales.

IV. Convertirse en un yo separado

Cada uno de los miembros se individualiza, se afirma como una personalidad fuerte e independiente. Cada quien se autodescubre y es consciente de su experiencia interna, sus sentimientos profundos. 

Referencias

Rogers, C. (1976). El matrimonio y sus alternativas. Barcelona: Kairós. 

Breve descripción de la teoría de la personalidad de Carl Rogers


La personalidad comienza a configurarse a partir de la tendencia del organismo a la organización, a la experiencia y al crecimiento. Dicha tendencia es experimentada como impulsos y necesidades propias. A medida que se ejerce un control sobre dichos impulsos y necesidades se crea una sensación de ser un sí mismo, de tener control sobre el organismo propio, y de orientarlo hacia la satisfacción. Ese sí mismo se comienza a disociar del organismo en la infancia, cuando el niño necesita, además de sus necesidades orgánicas, de la aprobación, la consideración positiva de las personas significativas para él, para así formarse una autoestima, lo cual logra introyectando los valores de esas personas. Pero al introyectarse esos valores se da una incongruencia con las tendencias del organismo a la satisfacción de necesidades; el concepto de sí mismo se comporta y organiza la experiencia de acuerdo a ambas tendencias, la necesidad de consideración positiva y de satisfacción de necesidades, pero también de acuerdo a la percepción de sí mismo.

Gondra, J. (1981). La psicoterapia de Carl Rogers. Sus orígenes, evolución y relación con la psicología científica. Bilbao: Desclée de Brouwer.

Apuntes sobre la teoría y conceptos fenomenológicos de Carl Rogers



  • La teoría de Carl Rogers es una teoría del cambio en la personalidad. Intenta explicar el desarrollo experimentado en la clínica. 
  • Carl Rogers propuso el concepto del sí mismo como factor primordial en la determinación de la conducta. Lo concibió como imagen fenoménica de uno mismo y lo dotó de una capacidad de reorganizarse. 
  • Es el concepto de sí mismo es una noción puramente fenomenológica. No es un agente interno como el ego freudiano. Es el concepto de sí mismo. Es el conjunto de percepciones o imágenes relativas a nosotros mismos. 
  • La estructura del sí mismo es una configuración organizada de las percepciones del sí mismo que son admisibles a la conciencia, tales como las propias características y capacidades, las metas e ideales, los conceptos de uno mismo en relación con los demás, las experiencias, los valores asociados a esas experiencias. 
  • Las características principales del self o sí mismo son: 
    • Es consciente: solo incluye las experiencias, percepciones conscientes, es decir simbolizadas en la conciencia. 
    • Es una gestalt o configuración organizada: es de carácter fluctuante 
    • Contiene principalmente percepciones de uno mismo así como también valores e ideales. 
  • Si el campo perceptual es el que determina la conducta, entonces el objeto de estudio primario para el psicólogo sería la persona y su mundo tal como son vistos por dicha persona.
  • Las personas no actúan únicamente a causa de las fuerzas externas a las cuales se hallan expuestas. Su conducta es consecuencia de su modo de ver las cosas. Nos alejamos de un peligro cuando creemos en su presencia, y lo ignoramos cuando desconocemos ésta. En este marco de referencia, la conducta es considerada como un problema de percepción humano. 
  • Para Rogers el inconsciente es lo que queda fuera del campo de percepción, no es algo del pasado sino es algo presente en calidad de "fondo perceptual". Las reorganizaciones del campo perceptual dependen del “nivel energético” de la “amplitud de la atención” y el “nivel de conciencia”. La atención es dirigida gracias a las emociones. Por ejemplo, en condiciones de intensa emoción, la visión se estrecha como si la persona estuviera mirando por un tubo. En tal caso, lo que sucede en la periferia no es percibido hasta que se restaure la “visión normal”.

Referencia bibliográfica:

Gondra, J. (1981). La psicoterapia de Carl Rogers. Sus orígenes, evolución y relación con la psicología científica. Bilbao: Desclée de Brouwer.

Apuntes sobre la psicoterapia de Carl Rogers

  • La relación terapéutica es una relación personal, de persona a persona. Esto implica autenticidad en lo que respecta al terapeuta. 
  • El terapeuta es un compañero del cliente, una persona profundamente comprometida en una relación personal, despojada de casi todos sus atributos técnicos y científicos. 
  • Es un ser abierto al diálogo; su cualidad más importante es la autenticidad y transparencia de su persona. 
  • A diferencia de las demás relaciones, es terapéutica, y tiene un objetivo bien claro: promover el crecimiento del cliente. 
  • Para ello es preciso que el terapeuta realice ciertas acciones. Sin embargo, las acciones del terapeuta fueron consideradas como algo cada vez más secundario y relativo. 
  • Carl Rogers formuló una hipótesis sobre una relación terapéutica fundada enteramente en las cualidades personales del terapeuta. Estas se reducen a tres: 
    • 1. La congruencia: 
      • Para Rogers esta era la más crucial de las cualidades. Sinceridad, transparencia o autenticidad personal. Para ello son necesarios dos elementos: 1) La accesibilidad a la conciencia de todos los sentimientos del terapeuta. 2) La disposición a comunicar todos estos sentimientos con vistas a que la relación terapéutica sea auténtica y real. 
      • El interés del terapeuta es genuino. Salir al encuentro del cliente, es decir a entablar una relación “estrictamente personal”. 
      • Se pueden comunicar los propios sentimientos o experiencias en la relación, aun si son negativos. Pero no cualquier sentimiento sino que es preciso que sea persistente, cuando menoscaban la consideración positiva incondicional, o la comprensión empática. 
    • 2. La consideración positiva incondicional del cliente:
      • Significa que no se dan condiciones de aceptación ni sentimientos de “te quiero únicamente si eres de este o de aquel modo”. 
      • No evaluar. Poner dentro del cliente el centro o lugar de evaluación y de responsabilidad. 
      • Se compone en parte de tolerancia y de un cálido interés personal por el individuo, y en parte también de una ausencia de todo deseo de modelar o reformar al individuo. 
      • Respeto al cliente, a las actitudes que ahora tiene, y de la evolución de las mismas. Respeto al derecho del individuo a la autodirección y autodeterminación. 
      • La consideración positiva incondicional, cuando es comunicada, sirve para ofrecer un contexto libre de amenazas, en el cual el cliente puede explorar y experienciar los elementos más profundamente ocultos de sus í mismo más recóndito. 
    • 3. La comprensión empática del mismo:
      • Exige al terapeuta dos cosas: comprender al cliente y comunicarle tal comprensión. 
      • La comprensión empática es la disposición y capacidad de percibir el marco interno de referencia del cliente, tal como éste lo percibe. “Un sentir los componentes cognitivos, perceptuales y afectivos del campo experiencial del cliente, tal como existen en él”. 
      • Sin embargo, no es una plena identificación. Es un vivenciar los sentimientos del otro como si fueran propios. Pero sin dejarse llevar por ellos. 
      • No sólo ha de captar aquello obvio sino también aquellas experiencias sentidas únicamente de modo confuso y vago.

Referencia bibliográfica:

Gondra, J. (1981). La psicoterapia de Carl Rogers. Sus orígenes, evolución y relación con la psicología científica. Bilbao: Desclée de Brouwer.