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Rostros fecales


Título original: Rostros Chish ("Chish" es un guatemaltequismo que expresa asco. En esta publicación se sustituyó la palabra "chish" por "fecal".)
O caras de vinagreta. 
Guatemala, Diciembre de 2008. 
Autor: Lic. Enrique Campang Chang. 

Casi siempre que voy a una reunión de amigos, familiares, al inicio clases o en un evento, me topo con la infaltable cara fecal; “Shit or sour face”, como dicen en los USA; rostros agrios, (lemon face) descalificantes, amargados, de pocos amigos, negativos, retadores, críticos de todo, que alegan por cualquier cosa, parece que todo les molesta y son capaces de arruinar cualquier momento. Luego se hacen las víctimas, que nadie las quiere o que son hostigadas.

Mis colegas docentes con los que he conversado, me han dicho que en el primer instante de clases siempre hay una o dos caras fecal, que si uno les presta atención le distraen o lo descontrolan. No se tiene que decir una palabra, o conocerse, para que lo vean con cara de aburrimiento o descalificación.

Uno empieza a olerse las axilas, si no tiene mal aliento, está sucio, si su ropa esta mal, o se paró en popó de perro; nos preguntamos de la razón de esas caras como oliendo a muertos.

Luego algún tiempo de estudiar la situación, veo que la cara o personalidad chiisshh no es más que un estado relacionado con la fijación anal freudiana; vinculado a la retención de las heces y la muerte; es la persona que todo lo ve sucio; inconscientemente agresiva. Desconfía del amor, el sexo, de las relaciones sociales. Su visión del mundo es negativa.

Según la Teoría del Inodoro (E.C. 2004), es una persona que no ha procesado adecuadamente sus desechos mentales, intoxicada con su propio conflicto, que afecta su rostro y lo descarga en los demás.

La sonrisa, es una expresión de vida, de la libido de Freud. Cuando el recién nacido recibe el primer impulso de vida y amor del pecho de la madre. Establece confianza en la alimentación, dialogar, besar, amar. Es una caricia emocional a los demás.

La sonrisa es la tarjeta de presentación del que se siente bien con la vida; que ha superado grandes retos, es altruista; da la sonrisa serena e incondicional. Ve las cosas buenas en las personas, la naturaleza, y la vida. Nelson Mandela, la Madre Teresa, Juan Pablo II son ejemplos de gente realizada haciendo el bien.

El rostro descalificante enturbia y dificulta las relaciones sociales, es una agresión instantánea, sin provocación que produce incomodidad; puede ser un Ecópata (E.C., 1997: persona que contamina el medio ambiente), o una Pelosopera (que de oficio pone los pelos en la sopa de cualquiera, E.C. 2006).

Me han pasado muchas situaciones molestas, en que esos rostros lanzan dardos envenenados sin razón alguna. Es parte de la inmadurez; o no se han visto frente a un espejo para darse cuenta de su estado emotivo. A otros les hace gracia.

Unas personas lo expresan de varias maneras, siendo melindrosos, que nada les gusta, lo dicen con arrogancia, al inicio de la comida: “¡eso no me gusta!”, en una notoria descortesía y mala educación a la persona que sirve, a la anfitriona y a los demás que pueden creer que algo está malo. No resisten guardarse la m., y la lanzan sobre la mesa.

A otros les sale rápidamente el "¡me cae mal!" sin razón real. Sus relaciones con la gente generan anticuerpos, toda persona les causa alergia.

Es una desafortunada combinación de fijación anal, desechos mentales, ecopatía, pelosoperismo, Síndrome de Aburrimiento Crónico (E.C. 2004), y rostro fecal, que pueden arruinar el mejor romance, fiestas, reuniones, conferencias o clases.

Analizando los rostros de criminales, mareros y dictadores, no es difícil ver que en su rostro se nota la perversión, de oler m. en todo; llena de odio a comunistas, judíos, ricos, etc.; es la cara perversa del placer por hacer sufrir. La locura del poder anal.

La fijación anal es consecuencia de las experiencias en los primeros años de vida; cuando vive en un ambiente descalificante con mandatos: “sucio, no toque, no se ría, no se meta eso en la boca, no hable, asqueroso, no sirve para nada”; cuando se crece en un ambiente carente de amor, aprobación o mensajes contradictorios entre los padres; experiencias desagradables o abuso. Unas veces es el ambiente familiar descalificante el que genera estos rostros.

No se puede justificar un pasado problemático para mantener una actitud negativa frente al mundo; es tan sencillo como importante darse cuenta de los mensajes que el rostro envía a los demás. El rostro revela el estado emocional, y sin decir palabra puede decir más que mil.

La sonrisa es el gancho para el amor, la amistad o la confianza; es cuestión de reflexionar sobre el estado del Yo, de jalar la palanquita del inodoro para dejar ir toda esa mierda mental que intoxica el alma. Como dice un mi compañero de colegio que la vida es corta como para mantenerse como la gran p… todo el tiempo. Controle su rostro fecal, sonría y sea feliz.