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Apuntes y síntesis de "La Represión" (1915) de Sigmund Freud


En "La Represión", Sigmund Freud, destaca en este mecanismo de defensa su carácter frustráneo, es decir, el hecho de que esta siempre falla, nunca consigue del todo su objetivo de mantener un material pulsional, mnémico o fantaseado, alejado de la consciencia. 
  • La represión es una resistencia que aspira a despojar de su eficacia al instinto (pulsión). 
  • El yo no puede huir del instinto, pues es interno, por lo que lo "enjuicia" y "condena". 
  • La represión es una noción intermedia entre la fuga y la condena. 
  • Es cierto proceso por el cual la gratificación (placer) producto de una satisfacción queda transformada en displacer en mayor medida que el placer (el motivo del displacer > el motivo de placer).
  • La esencia de la represión consiste exclusivamente en rechazar y mantener alejados de lo consciente a determinados elementos. 
  • Antes de la represión rigen los restantes destinos de los instintos (sublimación, transformación en lo contrario, etc.).
  • La represión se da en diferentes niveles o etapas:
    • Represión primitiva: negación del acceso a la conciencia a la representación psíquica del instinto, la cual no desaparece y queda sin cambio: solamente se le niega acceso a la consciencia. 
    • Represión secundaria: esta es la represión propiamente dicha. Consiste en impedir la emergencia de ideas o ramificaciones psíquicas asociadas a la representación reprimida (en la represión primaria). 
    • La represión no impide la representación en el sistema inconsciente ni impide que crezca. Lo reprimido es como un árbol que crece en la sombra. Cuando las ramificaciones se alejan del nodo reprimido (represión primaria) logran acceso a la consciencia. La represión es un proceso individual con cada ramificación. Es un proceso (barrera) móvil.  
  • La neurosis proviene de represiones fracasadas, o bien, podría llamárseles ramificaciones intrusivas (que luego son sustituidas por el síntoma). Los mecanismos de defensa toman lugar haciendo que estas ramificaciones secundarias se satisfagan de forma distorsionada. Este es el proceso caracaterístico de las psiconeurosis. 
    • En la histeria de angustia (neurosis fóbica), la angustia equivale a una "fuga" interna, ante un objeto que -por desplazamiento- sirve para  representar lo reprimido. El mecanismo en ester caso es el desplazamiento. 
    • En la histeria de conversión la sustitución se da por inervación sensorial o motora y tiene efecto en una parte de la representación misma del instinto, la cual ha atraído y condensado todo esa carga. El mecanismo en este caso es la conversión histérica.  
    • La neurosis obsesiva se da que una ambivalencia que incluye un impulso sádico se sustituya o se modifique por un yo escrupuloso; el afecto de ira se transforma en autoreproches; la representación reprimida se transforma en elementos "nimios e indiferentes", de ahí la obsesión quisquillosa con pequeños detalles absurdos de la vida cotidiana. El mecanismo en este caso es la formación reactiva. 

Referencias

Freud, Sigmund. (2006). El malestar en la cultura y otros ensayos. México: Alianza Editorial. 

Síntesis de "Duelo y Melancolía" (1915) de Sigmund Freud


En "Duelo y Melancolía" (1915), Freud expone la diferencia fundamental entre el duelo normal y patológico, es decir la melancolía: la disminución de la propia estima (el yo se agrede, se critica, se humilla con amargos reproches). Esta asunción se deriva de las siguientes observaciones y consideraciones:
  • En el duelo el examen de realidad ha mostrado la pérdida del objeto, por lo cual surge una dolorosa resistencia a abandonar al objeto que es fuente de satisfacción. En la melancolía, en cambio, no es claro lo que el sujeto pierde, o lo que pierde en el objeto, por lo cual la melancolía se relacionará con una pérdida de un objeto psíquico. 
  • En el duelo el mundo aparece como desierto. En la melancolía el yo se ha empobrecido, atribuyéndose exageradamente ciertos defectos y rebajándose. Parece que el melancólico ha perdido el amor propio y por ende algo en el propio yo. 
  • Cuando el sujeto se agrede con reproches y autocrítica, estas agresiones parecen inadecuadas, sin embargo con pequeñas modificaciones pueden adaptarse a otra persona que fue amada. Se puede decir que "sus lamentos son acusaciones". 
  • Es por ello que la clave del cuadro clínico es distinguir los autorreproches como reproches hacia otra persona u objeto amado. Esto se da como una intensificación de una ambivalencia preexistente. Una parte del yo se torna sádica y se descarga con otra parte que se identifica con el objeto amado. Este sadismo aclara el suicidio. 
  • Las tachas que el yo se hace a sí mismo son más de carácter moral, es decir son acusaciones que ocasionan un sentimiento de culpabilidad. El yo se torna sádico consigo mismo. Una parte retrocede hasta la identificación y otra hasta la fase sádica. 

La melancolía se transforma en manía en algunos casos:
  • Se tiene la impresión de que el contenido es idéntico en la manía y en la melancolía. 
  • Ambas lucharían con el mismo complejo que sojuzga al yo en la melancolía y queda sometido en la manía. 
  • El maníaco nos evidencia su emancipación del objeto que le hizo sufrir. 

Referencias

Freud, S. (2006). El malestar en la cultura y otros ensayos. Madrid: Alianza Editorial.

Resumen del libro "Inteligencia emocional" de Daniel Goleman


Para Goleman, la "inteligencia" común medida por pruebas estandarizadas es insuficiente para el éxito. Su postulado general a lo largo del libro es que la "inteligencia emocional" resulta ser en realidad el factor más importante, e incluye a su vez otros elementos como la relación con los demás y consigo mismo, el autocontrol y la perseverancia.

En el capítulo introductorio, “El desafío de Aristóteles”, empieza tratando los impulsos y sentimientos agresivos; es fácil enfadarse, lo difícil es enfadarse con la persona adecuada en el grado exacto, momento oportuno, propósito justo y modo correcto. Esto es lo emocionalmente inteligente, y es así de "difícil" para todas las emociones, las cuales serán desmenuzadas a lo largo del libro y se darán recomendaciones para su manejo inteligente…


I. El cerebro emocional

¿Para qué sirven las emociones?

En la primera parte el autor habla del valor para la supervivencia que tienen las emociones y la interrelación dinámica del sistema límbico y la corteza cerebral. La corteza, considerada la parte más organizada y racional, y el sistema límbico, la parte emocional e impulsiva, pero también la más primitiva y relacionada con la supervivencia. Luego sigue describiendo el componente físico de las distintas emociones y su utilidad para la supervivencia, y habla de la interrelación entre la mente emocional y mente racional, como moderadora de la primera.

Anatomía de un secuestro emocional

Cuando la emoción, la pasión, desborda la razón es como si el sistema límbico se apoderara del control, mientras que presenta la inteligencia emocional como la moderación de los impulsos primitivos emocionales por la mente racional. Habla de la amígdala como centro neural de las emociones, que media entre el tálamo y la corteza cerebral, por lo que recibe información antes que la corteza más organizada, por lo que el aprendizaje emocional se encuentra en la interrelación entre estas dos partes.

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Breve descripción de la teoría de la personalidad de Karen Horney


Los primeros postulados para comprender la teoría de Karen Horney son los de ansiedad básica y hostilidad básica. La ansiedad básica se entiende como los sentimientos que experimenta un niño al sentirse desamparado, aislado e indefenso ante un mundo potencialmente hostil. Cuando el niño está descuidado por sus padres es cuando experimenta ansiedad básica. Así también le enoja el descuido y rechazo de sus padres, esto se conoce como hostilidad básica. El niño desea dominar a los padres, incluso "castigarlos".

De este conflicto de la niñez, en cuanto a la ansiedad y la hostilidad, se deriva la neurosis, la cual se vendrá a manifestar en las formas de soluciones neuróticas. Las soluciones neuróticas son tres: ir hacia la gente, ir contra la gente, alejarse de la gente. La solución de ir hacia la gente se caracteriza por una personalidad complaciente necesitada de la simpatía de alguien más, la solución de ir contra la gente se caracteriza por el deseo de buscar poder y admiración para no ser lastimado, mientras que la disposición neurótica de alejarse de la gente la constituye una búsqueda de la soledad, relaciones superficiales, una renuncia a relacionarse y tendencia a la concepción de uno mismo como autosuficiente sin necesidad de los demás.

Karen Horney señala también la importancia del apego en la primera infancia para el desarrollo psicoafectivo, la influencia de los modos de crianza y la conducta parental, y de los roles de género de la cultura como determinantes de la personalidad. 

De acuerdo a la crianza, y a lo aceptado en la cultura donde se desarrolla el individuo, éste marca una diferenciación de lo aceptable y lo despreciado de sí mismo: es así como se forma un yo ideal, hacia el cual se orientaría normalmente a partir de su condición actual, o yo real. En otros casos, en cambio, el individuo solamente haría de sí mismo una separación en su self o sí mismo: por un lado se sentiría despreciado o despreciable y por otro lado se sentiría aceptado o perfecto, vacilaría así entre el amor propio y el auto desprecio.


La persona “normal” se sentiría tiranizada por alcanzar su yo ideal, mientras que la persona neurótica, interiormente, estaría constantemente asediada por una lucha interna entre lo correcto y lo incorrecto, entre lo aceptado y lo inaceptado, lo bueno y lo malo, etc.

Glosario de términos de la teoría de Karen Horney

  • Alejarse: orientación interpersonal que pone énfasis en la separación de los otros y la evitación de las vinculaciones con estos.
  • Ansiedad básica: sentimiento de aislamiento y desamparo que experimenta el niño ante los descuidos de sus padres o cuidadores.
  • Compartimentalización: técnica secundaria de ajuste en la cual no se reconocen simultáneamente las conductas incompatibles.
  • Elusividad: técnica secundaria de ajuste en la cual una persona evita el compromiso con cualquier opinión o acción.
  • Hostilidad básica: sentimiento de enojo con los padres que experimenta el niño ante malos cuidados, etc.
  • Ir contra: orientación personal que pone énfasis en la hostilidad y agresividad.
  • Ir hacia: orientación interpersonal que pone énfasis en la dependencia y necesidad de afecto, protección, etc.
  • Sí mismo idealizado: ideal de lo que una persona aspira a ser.
  • Sí mismo real: lo que una persona realmente es, y que esta en un potencial crecimiento.
  • Solución de autoanularse: intentar resolver el conflicto buscando el afecto, amor, yendo hacia la gente.
  • Solución de renuncia: intentar resolver el conflicto buscando la libertad, alejándose de la gente.
  • Solución expansiva: intentar resolver el conflicto neurótico buscando el dominio.
  • Tiranía de los debería: demandas internas que se plantean al sí mismo real para vivir de acuerdo al sí mismo idealizado.

Breve descripción de la teoría de la personalidad de Carl Rogers


La personalidad comienza a configurarse a partir de la tendencia del organismo a la organización, a la experiencia y al crecimiento. Dicha tendencia es experimentada como impulsos y necesidades propias. A medida que se ejerce un control sobre dichos impulsos y necesidades se crea una sensación de ser un sí mismo, de tener control sobre el organismo propio, y de orientarlo hacia la satisfacción. Ese sí mismo se comienza a disociar del organismo en la infancia, cuando el niño necesita, además de sus necesidades orgánicas, de la aprobación, la consideración positiva de las personas significativas para él, para así formarse una autoestima, lo cual logra introyectando los valores de esas personas. Pero al introyectarse esos valores se da una incongruencia con las tendencias del organismo a la satisfacción de necesidades; el concepto de sí mismo se comporta y organiza la experiencia de acuerdo a ambas tendencias, la necesidad de consideración positiva y de satisfacción de necesidades, pero también de acuerdo a la percepción de sí mismo.

Gondra, J. (1981). La psicoterapia de Carl Rogers. Sus orígenes, evolución y relación con la psicología científica. Bilbao: Desclée de Brouwer.

Apuntes sobre la teoría y conceptos fenomenológicos de Carl Rogers



  • La teoría de Carl Rogers es una teoría del cambio en la personalidad. Intenta explicar el desarrollo experimentado en la clínica. 
  • Carl Rogers propuso el concepto del sí mismo como factor primordial en la determinación de la conducta. Lo concibió como imagen fenoménica de uno mismo y lo dotó de una capacidad de reorganizarse. 
  • Es el concepto de sí mismo es una noción puramente fenomenológica. No es un agente interno como el ego freudiano. Es el concepto de sí mismo. Es el conjunto de percepciones o imágenes relativas a nosotros mismos. 
  • La estructura del sí mismo es una configuración organizada de las percepciones del sí mismo que son admisibles a la conciencia, tales como las propias características y capacidades, las metas e ideales, los conceptos de uno mismo en relación con los demás, las experiencias, los valores asociados a esas experiencias. 
  • Las características principales del self o sí mismo son: 
    • Es consciente: solo incluye las experiencias, percepciones conscientes, es decir simbolizadas en la conciencia. 
    • Es una gestalt o configuración organizada: es de carácter fluctuante 
    • Contiene principalmente percepciones de uno mismo así como también valores e ideales. 
  • Si el campo perceptual es el que determina la conducta, entonces el objeto de estudio primario para el psicólogo sería la persona y su mundo tal como son vistos por dicha persona.
  • Las personas no actúan únicamente a causa de las fuerzas externas a las cuales se hallan expuestas. Su conducta es consecuencia de su modo de ver las cosas. Nos alejamos de un peligro cuando creemos en su presencia, y lo ignoramos cuando desconocemos ésta. En este marco de referencia, la conducta es considerada como un problema de percepción humano. 
  • Para Rogers el inconsciente es lo que queda fuera del campo de percepción, no es algo del pasado sino es algo presente en calidad de "fondo perceptual". Las reorganizaciones del campo perceptual dependen del “nivel energético” de la “amplitud de la atención” y el “nivel de conciencia”. La atención es dirigida gracias a las emociones. Por ejemplo, en condiciones de intensa emoción, la visión se estrecha como si la persona estuviera mirando por un tubo. En tal caso, lo que sucede en la periferia no es percibido hasta que se restaure la “visión normal”.

Referencia bibliográfica:

Gondra, J. (1981). La psicoterapia de Carl Rogers. Sus orígenes, evolución y relación con la psicología científica. Bilbao: Desclée de Brouwer.

Apuntes sobre la psicoterapia de Carl Rogers

  • La relación terapéutica es una relación personal, de persona a persona. Esto implica autenticidad en lo que respecta al terapeuta. 
  • El terapeuta es un compañero del cliente, una persona profundamente comprometida en una relación personal, despojada de casi todos sus atributos técnicos y científicos. 
  • Es un ser abierto al diálogo; su cualidad más importante es la autenticidad y transparencia de su persona. 
  • A diferencia de las demás relaciones, es terapéutica, y tiene un objetivo bien claro: promover el crecimiento del cliente. 
  • Para ello es preciso que el terapeuta realice ciertas acciones. Sin embargo, las acciones del terapeuta fueron consideradas como algo cada vez más secundario y relativo. 
  • Carl Rogers formuló una hipótesis sobre una relación terapéutica fundada enteramente en las cualidades personales del terapeuta. Estas se reducen a tres: 
    • 1. La congruencia: 
      • Para Rogers esta era la más crucial de las cualidades. Sinceridad, transparencia o autenticidad personal. Para ello son necesarios dos elementos: 1) La accesibilidad a la conciencia de todos los sentimientos del terapeuta. 2) La disposición a comunicar todos estos sentimientos con vistas a que la relación terapéutica sea auténtica y real. 
      • El interés del terapeuta es genuino. Salir al encuentro del cliente, es decir a entablar una relación “estrictamente personal”. 
      • Se pueden comunicar los propios sentimientos o experiencias en la relación, aun si son negativos. Pero no cualquier sentimiento sino que es preciso que sea persistente, cuando menoscaban la consideración positiva incondicional, o la comprensión empática. 
    • 2. La consideración positiva incondicional del cliente:
      • Significa que no se dan condiciones de aceptación ni sentimientos de “te quiero únicamente si eres de este o de aquel modo”. 
      • No evaluar. Poner dentro del cliente el centro o lugar de evaluación y de responsabilidad. 
      • Se compone en parte de tolerancia y de un cálido interés personal por el individuo, y en parte también de una ausencia de todo deseo de modelar o reformar al individuo. 
      • Respeto al cliente, a las actitudes que ahora tiene, y de la evolución de las mismas. Respeto al derecho del individuo a la autodirección y autodeterminación. 
      • La consideración positiva incondicional, cuando es comunicada, sirve para ofrecer un contexto libre de amenazas, en el cual el cliente puede explorar y experienciar los elementos más profundamente ocultos de sus í mismo más recóndito. 
    • 3. La comprensión empática del mismo:
      • Exige al terapeuta dos cosas: comprender al cliente y comunicarle tal comprensión. 
      • La comprensión empática es la disposición y capacidad de percibir el marco interno de referencia del cliente, tal como éste lo percibe. “Un sentir los componentes cognitivos, perceptuales y afectivos del campo experiencial del cliente, tal como existen en él”. 
      • Sin embargo, no es una plena identificación. Es un vivenciar los sentimientos del otro como si fueran propios. Pero sin dejarse llevar por ellos. 
      • No sólo ha de captar aquello obvio sino también aquellas experiencias sentidas únicamente de modo confuso y vago.

Referencia bibliográfica:

Gondra, J. (1981). La psicoterapia de Carl Rogers. Sus orígenes, evolución y relación con la psicología científica. Bilbao: Desclée de Brouwer.